Y, entonces, ¿por qué Biología?
En una entrevista de trabajo, varias semanas atrás, en relación a mi nula experiencia en laboratorio después de haber terminado la carrera y mi clara vocación docente, surgió la curiosa pregunta:
“Y, entonces, ¿por qué Biología?”
(al entrevistador le sorprendía que hubiera elegido estudiar Biología si nunca había trabajado en laboratorio y me había dedicado casi exclusivamente a la docencia)
Lo cierto es que nunca me lo había planteado así, es decir, nunca me había planteado que, desde fuera, el camino que había elegido pueda resultar tan extraño… y, en aquel momento me di cuenta de lo difícil que era poner en palabras algo tan evidente para mí.
Y sí, soy consciente de que no soy la típica bióloga… Tengo alergia a perros y gatos, las plantas se me mueren, no hago senderismo y, no, tampoco me veo todo el día con bata blanca entre matraces y placas Petri… pero me apasiona saber cómo surgió esa primera célula, conocer las relaciones entre los seres vivos -todos ellos…-, las modificaciones que provocan en su entorno, los cambios y la evolución a lo largo del tiempo… y explicarlo.
Y sí, probablemente si en su momento hubiera existido, hubiera elegido estudiar Ciencias Ambientales, porque durante los años de carrera me incliné más por asignaturas relacionadas con Química, Geología y Medio Ambiente, aunque actualmente ni me lo planteo: Biología fue la decisión correcta.
Soy incapaz de decir en qué momento fui consciente de que quería estudiar Biología, así como tampoco soy capaz de determinar el momento en el que supe que quería dedicarme a la docencia, sólo sé que es algo que me supuraba… igual que en el colegio ya explicaba cosas que no entendían a mis compañeros, ya pensaba en reciclar antes de que instalaran los primeros contenedores de recogida selectiva en mi pueblo…
Supongo que si me lo preguntaran ahora mi respuesta sería:
“Estudié Biología por convicción y soy profesora por vocación.”
Y quizá esta canción tuvo algo que ver:
Gaia – Los Rebeldes
